COMO REACCIONAR EN CASO DE CAÍDA EN UNA GRIETA SI ESTAMOS HACIENDO TREKKING
Si de vez en cuando el líder, que siempre va unos diez metros por delante, percibe una grieta en el suelo, que suele comenzar con un ominoso crujido, debe avisar a su compañero gritando y tratar de saltar lo más lejos posible dándose la vuelta y cayendo boca abajo, tratando de clavar su hacha en la superficie que antes pisaba. Si su compañero estuviera atento, trataría de tirar de él con todas sus fuerzas para evitar que cayera en la grieta, pero si viera que su compañero desaparece, se tiraría al suelo y trataría de anclar su hacha en el fondo de la grieta. En la mayoría de los casos, el puente cede repentinamente, y los segundos que pasan mientras la cuerda está tensa son cruciales para sostenerla.
En este caso, caeríamos en un vacío azul, y si la persona que está por encima de nosotros fuera capaz de anclarse, nos sujetaríamos dinámicamente, también gracias a la esperada fricción de los nudos en la nieve y el hielo del borde de la grieta.
En esta situación, dependiendo de la reacción de los dos componentes, se podría mitigar la gravedad de la situación. En primer lugar, se trata de que el caído caiga con la máxima protección para su cabeza, y el casco será entonces muy apreciado. Al mismo tiempo, la bolsa puede amortiguar cualquier impacto y el piolet no se perderá gracias al lazo.
Si la grieta no es muy profunda, pero sí estrecha, es posible que nos quedemos atascados en el fondo, lo que podría suponer una fuerte contusión, esguince o fractura. Es lógico que cuanto más podamos hacer para evitar una caída incontrolada, menos daño sufriremos.
Si la grieta es grande y hemos tenido suerte y no nos hemos lesionado, lo más probable es que acabemos boca abajo en la oscuridad.
Luego nos quitamos la mochila de trrekking y la dejamos colgar para poder ponernos el arnés de escalada lo antes posible. En cuanto podemos, utilizamos el silbato para responder a las voces de nuestros compañeros y nos ponemos la linterna frontal para iluminar la silenciosa cumbre.
Una vez que seamos capaces de hacerlo, unimos la mochila a la cuerda que nos asegura para poder poner peso en ella y ascender con la pinza de cuerda que llevamos. Para ello, la cuerda debe estar bien sujeta, como hicimos nosotros. La persona que nos acompañaba, en cuanto vio que nos engullía el glaciar, fue capaz de aflojar las anillas de la cuerda que tenía en la mano para llevar a cabo lo que vais a ver, mientras la cuerda estaba tensa para detenernos.
De momento y como «el de arriba», si estamos en nieve profunda que cubre el hielo, hay que presionar bien el piolet, como os explicaremos más adelante, para que no se salga cuando tenga que apoyar la tracción, y si estamos en nieve o hielo muy duro, hay que presionar bien la pala con un piolet preciso y luego sujetarla con las manos, utilizando nuestro peso cuando estemos encima.
Para parar en nieve profunda, tras asegurar inmediatamente el piolet de escalar, ataremos dos o tres vueltas de cuerda a su eje, o mejor aún, montaremos un piolet horizontal, y tras parar, romperemos la cuerda de aseguramiento lo más rápidamente posible, transfiriendo el peso del caído al piolet, con el que podremos continuar el rescate. Para que te hagas una idea, podemos decirte que cuando el caído transfiere su agarre al nudo de aseguramiento, caerá unos centímetros hasta que la daga de la cuerda esté recta y tensa.
Para aclarar la cuestión de si el piolet para trekking está «bien ajustado en la nieve profunda», nos gustaría señalar que debes sujetar el mango con un ligero ángulo y en contra de la tracción que tiene que ejercer, y si puedes soportar tu peso sobre él, mejor. Esto sólo es posible si la nieve tiene una consistencia uniforme en toda su profundidad, de lo contrario el piolet se volcará bajo el peso.
Dependiendo de la naturaleza de la nieve, elegiremos una de las técnicas de autoanclaje que conocerás más adelante, pero por ahora vamos a suponer que la nieve es densa y profunda, que el piolet está bien encajado, que la caída se ha detenido y que ya hemos oído los silbidos o gritos de la persona atrapada
Como ya puedes deducir, dependiendo del grado de entrenamiento que tengamos en esos fugaces momentos en los que aportamos unos segundos de reacción, puede ser útil practicarlo en cuanto puedas, por ejemplo es muy adecuado durante los días en los que necesitas aclimatarte antes de subir a tus altas cumbres.
Si la superficie es de hielo puro y sólido, como es típico en verano, le recordamos que detenemos el hielo martillando el piolet con la mayor energía y precisión posible, y después de utilizar las cuerdas para que el peso del hielo caiga sobre él, establecemos un trance de fuerzas de hielo. Si la nieve es profunda y muy dura, intentaremos clavar los piolets y, en cuanto podamos, pondremos en marcha uno de los sistemas para levantar a una persona que se haya caído al suelo con los sistemas de tracción y autodescarga que pronto os mostraremos.
De esta manera podemos sacar la cuerda sobrante que teníamos en la bolsa y desengancharla, con cuidado de no caer en la grieta, y atar su extremo a nuestro arnés con un lazo cerrado y un nudo simple.
Si tuviéramos un hacha de martillo pequeña, muy útil en estas ocasiones, cogeríamos primero la más grande, que estuviera bien martillada y pudiera soportar todo el peso del hacha caída. En cuanto pudiéramos, pondríamos el pico del martillo ligeramente por encima del primero y haríamos el lógico triángulo de fuerza. Luego atamos un nudo de bola, que deja la cuerda fija y transfiere el peso a la masa del barril del nuevo ancla, y lo completamos con otro triángulo fijado con tornillos para hielo.
Si la nieve es muy blanda, tendremos que crear un anclaje más adecuado, para lo cual podemos profundizar hasta llegar al hielo duro, o, si es muy profunda, enterraremos un piolet cruzado con la tracción de la cuerda, o un makuto pesado, que cubriremos con nieve triturada para entrar con esfuerzo.
De esta manera podemos tratar con él adecuadamente, y dependiendo de su estado tendremos dos opciones: o sube por su propia fuerza, complementada por el tirón que recibe desde arriba, o tenemos que hacerle subir porque está inconsciente e incapacitado.
La primera opción es que suba, como hemos comentado en el apartado explicativo de los ascensos por cuerda fija, utilizando la cuerda que le aseguraba al caer y la cuerda sobrante que tenemos en la mochila.
Si el accidentado tiene un arnés, podemos ayudarle a subir a la superficie, y si además tiene una polea en su mosquetón de aseguramiento, mejor. Si el accidentado es ligero y se desliza bien por la superficie helada de una grieta empinada, podemos ayudarle con nuestros propios cuerpos, pero es mejor utilizar un nudo autobloqueante para mantener al accidentado en la altura ganada mientras descansamos y nos preparamos para el siguiente esfuerzo.
Otra alternativa es escalar la grieta si es vertical o tiene una pendiente a nuestro favor, si estamos asegurados desde arriba y si aún tenemos listos nuestros crampones y dos piolets. Siempre que sea posible, colocamos algo que esté bien asegurado con una cuerda, para que las cuerdas se deslicen bien por el borde de la grieta y los crampones en nieve blanda o el mango cruzado de un piolet eviten la fricción perjudicial mientras las cuerdas se anclan en la nieve o el hielo.
En el segundo caso, sin embargo, hay que colocar un cabrestante adaptado a las circunstancias, y el que vamos a mostrar es bastante eficaz. Las poleas tiran con mucha fuerza de los anclajes, por lo que maniobrar los anclajes en este caso será muy difícil. Así, las maniobras de rescate pueden realizarse con mayor eficacia y rapidez. Si hay algo peligroso es el hecho de que en un glaciar puede aparecer niebla u oscuridad, y en este caso, salvo que el camino esté bien marcado, es mejor esperar a que se despeje, y si hay que empezar desde el principio, es imprescindible sondear la superficie y consultar constantemente el mapa, la brújula y el GPS.
Finalmente, llegamos al punto en el que abandonaremos el glaciar y, tras tomar las precauciones necesarias para cruzar la morrena y ascender (recordemos el hielo negro), descendemos hasta la barcaza, que en este caso nos llevará hasta la cabaña en la que pasaremos la noche, pero afortunadamente contaremos previamente con el criterio de uno de los glaciólogos más reconocidos del mundo. Si aun no estamos equipados con todo lo necesario podeis comprar todo vuestro material de escalada en http://www.tiendaescalada.net